Valor del Protocolo

Un mecanismo para empresas con vocación de trascendencia


Suscribir el primer Protocolo es la coronación de un proceso de organización de la empresa y entrenamiento de los integrantes de la familia, para consolidar el esfuerzo de muchos años, y seguir creciendo en armonía

Cinco Fuentes de Valor:


• CONTAR CON UN DIAGNÓSTICO.

• PROCESO DE ELABORACIÓN DEL PROTOCOLO.

• TENER EL PROTOCOLO.

• APLICAR EL PROTOCOLO.

• CONTAR CON UN MENTOR

Primera Fuente de Valor: CONTAR CON UN DIAGNÓSTICO


Hay un primer momento, en que algún miembro de la familia, o todos ellos, advierten que “algo” tienen que hacer en función del futuro de cada cual, y la trascendencia de la empresa. Por lo tanto, recurren a un especialista en la instrumentación de Protocolos empresarios y familiares, y encaran una primera etapa, denominada “diagnóstico”, en la cual el profesional toma contacto con la empresa, y con la/s familia/s propietaria/s, a fin de identificar las características de los integrantes, advertir la existencia de conflictos reales o potenciales, y sobre esa base determinar cuáles son los temas más significativos a resolver.
El diagnóstico se elabora sobre la base de conversaciones individuales y confidenciales con cada integrante de la familia empresaria.
En el informe escrito con las conclusiones, se establece una propuesta de Plan de Trabajo, en el que se ponen de manifiesto:

» Cuáles son las “cuentas pendientes” entre los integrantes que pueden afectar el desarrollo de la empresa y la familia.
» Cuáles serían los modos de resolverlas.
» Cuál es el orden recomendable para encarar los temas que importan, en función de la consolidación de la empresa y el traspaso generacional.

De esta manera, el diagnóstico se convierte en una poderosa herramienta, con un valor superlativo para identificar cuáles son los riesgos potenciales, y, en consecuencia, elaborar un plan de trabajo para prevenirlos y superarlos.

Segunda Fuente de Valor: PROCESO DE ELABORACIÓN DEL PROTOCOLO


El proceso de elaboración del Protocolo Empresario-Familiar se puede homologar a un viaje, que se planifica con la ayuda de un mapa, se hacen las reservas con anticipación... pero, el verdadero contenido del viaje, su sustancia, lo que lo hará inolvidable, la transformación que genera en nosotros, ocurre en su devenir. La posibilidad de llegar a acuerdos, y sostenerlos en el tiempo, es extremadamente valiosa para los miembros de la empresa y de la familia, ya que fortalece la confianza recíproca.

Tercera Fuente de Valor: TENER EL PROTOCOLO


Cuando culmina el proceso de elaboración del Protocolo Empresario-Familiar, las personas involucradas se reúnen para firmarlo.
A partir de entonces, esa empresa y esa familia tienen un instrumento que ha sido concebido y plasmado sobre la base de su propio compromiso y participación.
El Protocolo Empresario-Familiar es el resultante de los cambios y las flexibilizaciones que fueron ocurriendo a lo largo del tiempo de su confección.
Tiene el valor, en definitiva, de la obra compartida, con un fin de trascendencia.

Cuarta Fuente de Valor: APLICAR EL PROTOCOLO


La aplicación del Protocolo Empresario-Familiar no empieza, en general, cuando está firmado, sino mucho antes: cuando las partes decidieron confeccionarlo.
El gran éxito del Protocolo Empresario-Familiar consiste en que es percibido como un fruto de la propia voluntad y decisión, y de la aplicación de los valores compartidos con personas próximas.

» La aplicación del Protocolo Empresario-Familiar evita que los conflictos escalen sin control y brinda pautas para que cada integrante de las familias propietarias, sepa qué pueda esperar en relación a la empresa, y pueda prepararse para ello.

Quinta Fuente de Valor: CONTAR CON UN MENTOR


El hecho de haber transcurrido todo un proceso con acompañamiento profesional para la elaboración del Protocolo familiar, genera entre los integrantes de la familia empresaria y los consultores del Protocolo un vínculo muy especial.
Porque los consultores dirigieron el proceso, intervinieron en las situaciones críticas, mediaron – en muchos casos – para acercar posiciones, arbitraron entre criterios contrapuestos.
Todo ello llevó a un nivel de confianza mutua, que hace que los consultores del Protocolo puedan cumplir, hacia el futuro, la función de Mentor del Protocolo.
¿Qué significa? El Protocolo Empresario-Familiar no es, simplemente, un acuerdo firmado ante Escribano y guardado en una bella carpeta. Es un instrumento vivo, que tiene que ser aplicado en forma permanente.
Esto implica la posibilidad de que el conjunto de profesionales actuantes en el Protocolo, pueda colaborar con la familia y en la empresa, para que el instrumento se mantenga permanentemente vigente, y se lo actualice cada vez que resulte necesario.